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Un año más ya está aquí el dichoso día del amor romántico en su más melindrosa expresión, no apta para diabéticos ni para gruñones alérgicos a la cursilería, la afectación, la ñoñería y, por qué no decirlo, el postureo.    Porque es 14 de febrero, es San Valentín, y si alguien tiene algún sentimiento hacia otro alguien guardado en su interior, es el momento de que lo comparta. Primero con el interesado o la interesada, claro, pero después con el resto del mundo tal vez publicando algu …